Su alto contenido en mucílago hace que un cocimiento de sus hojas sea un gran alivio contra bronquitis, tos, amigdalitis y laringitis, a la vez que un lavado con el cocimiento de sus raíces calma las hemorroides ("baños de asiento").
La infusión de sus hojas combate el estreñimiento, y una cataplasma de hojas machacadas alivia el dolor y la inflamación producida por la parotiditis (paperas). Sus ligeras propiedades sedantes, hacen que la decocción de su raíz se utilice para calmar los dolores de muelas y encías, sobre todo en los niños que están cambiando sus dientes de leche.
En cuanto a su valor culinario, existen diversas especies de malva en el continente asiático que se cultivan como verdura: sus hojas jóvenes son un sustituto perfecto de la lechuga, mientras que las más viejas lo hacen como frondosa verde. Las flores, por su sabor suave, se utilizan también en ensaladas y sus semillas pueden secarse y molerse a guisa de harina. Junto con otras verduras como espinacas o acelgas se prepara una sopa muy sabrosa.
La planta puede sobrepasar el metro y medio de altura. Su hojas, de hasta 10 cm. de diámetro, tienen entre 5 y 7 lóbulos y las flores aparecen en las axilas, en fascículos de 2 a 8, con cinco sépalos más o menos soldados y cinco pétalos normalmente bífidos de color rosa fuerte que pasan con el tiempo a color azul o púrpura. El fruto es característico, en forma de disco aplanado (recuerdo que de niños les llamábamos "hogacitas", y las consumíamos como las pipas).
Árbol taxonómico: Magnoliopsida / Malvales / Malvaceae / Malva sylvestris | M. alcea | M. parviflora, L. 1753
Nombre en inglés: Mallow
Nombre común: Malva común, Malva montés
Distribución: Salvo Oceanía, en el resto del mundo donde haya clima templado, subtropical y tropical, hasta los 1500 msnm.
Hábitat: Suelos nitrogenados de zonas abiertas y soleadas, prados, terrenos baldíos y cunetas.
(c) Javier Díaz Barrera, 2013
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