martes, 30 de abril de 2013

Olmera



La Olmera (Nymphalis polychloros) es una mariposa de tamaño mediano a grande (hasta 6,5 cm. de envergadura alar), con un reverso muy oscuro, similar a otros representantes de los ninfálidos, como la Mariposa Pavo Real (Inachis [Aglais] io), la ortiguera (Aglais ichnusa, A. urticae) o la  C-blanca (Polygonia c-album) que ya conocemos, con los que comparte también la forma recortada o "dentada" de sus alas simulando el contorno de una hoja.


El anverso colorido (color leonado-anaranjado, con manchas negras y blancas y lúnulas reflectantes de color azul en el borde) puede confundirse con el de la ortiguera, si bien en esta son más abundantes las manchas blancas y solo tiene tres puntos negros en la parte inferior del reverso del ala anterior, mientras que la olmera suele tener cuatro o más.


Su nombre, como el de toda la familia (Nymphalidae) proviene de la mitología y hace referencia a las    ninfas, deidades menores asociadas con la naturaleza y propias de cada accidente geográfico (bosques, fuentes, ríos, arroyos...), mientras que su apellido proviene del griego poli, muchos y chloros, en referencia a las lúnulas de color azul verdoso que festonean el borde de sus alas.


Se trata de una mariposa univoltina que hiberna como adulto, oculta entre las grietas de los troncos o rocas (de ahí la coloración críptica del anverso de sus alas, que le facilita el pasar desapercibida), eclosionando los huevos puestos por las hembras al finalizar el invierno en olmos y sauces (también otros árboles frutales de las rosáceas) en cuanto éstos desarrollan sus inflorescencias y permitan alimentarse a las orugas.Por eso, los ejemplares que veis aquí han sido fotografiados a principios de la primavera (marzo-abril), que corresponden a los adultos que han pasado el invierno ocultos y a mediados del verano (junio-julio), los ejemplares jóvenes recién salidos de su crisálida. En zonas del sur de la península con clima más benigno, se han citado en todos los meses del año.


Encontraremos a la olmera cerca de bosques caducifolios (chopos, olmos, sauces, rosáceas leñosas) o en sus márgenes, siempre que estos tengan un curso de agua cercano o la humedad suficiente. Sus orugas, negras con puntos blancos y con bordes dorados recubiertos de grandes espinas, tienen comportamiento gregario, llegando a dejar sin hojas a su árbol huésped (por lo que en ocasiones son consideradas como plaga). Muchas avispas se sirven de la oruga de la olmera para desarrollar a su prole (son parasitadas por himenópteros).


Se ha citado hasta los 2000 msnm., desde el norte de África y todo el sur de Europa hasta la zona mediterráneo, llegando hasta las estribaciones del Himalaya (citada en Turquía, Kazajistán o Túnez, por poner algún ejemplo). En España podemos encontrarla prácticamente en toda la península.


Cuando se posa para alimentarse lo hace generalmente con las alas abiertas, siendo un ejemplar fotográfico excelente. También, como el resto de parientes citados al principio, tiene predilección especial por posarse en el suelo, y muchas veces tendremos que conformarnos con hacerle la fotografía allí.

Árbol taxonómico: Animalia / Arthropoda / Hexapoda / Insecta / Lepidoptera / Nymphalidae / Nymphalis / Nymphalis polychloros (L., 1758)

Nombre en inglés: Large Tortoiseshell
Nombre común: Olmera, Mariposa de los Olmos,

 

Distribución: Norte de África y sur de Europa, hasta el Himalaya.

Generaciones: Univoltina. Hiberna como adulto.
Hábitat: Zonas boscosas de hoja caduca (principalmente Ulmus -olmo-,Populus -chopo, álamo-, Salix -sauce-, Malus -manzano- y Prunus -cerezo, ciruelo-), cercanas a cursos de agua; lugares húmedos y bordes de caminos.









(c) Javier Díaz Barrera, 2013.

miércoles, 24 de abril de 2013

Pentaglottis sempervirens



La Lengua de Buey (Pentaglottis sempervirens) es una planta perenne que puede llegar a una altura de un metro, con hojas grandes (hasta 40 cm.) recubiertas densamente de una pilosidad áspera y con flores de color azul intenso (en ocasiones violeta, morado o lila claro), con un característico centro blanco hueco (en embudo) con forma de estrella de cinco puntas (tantas como pétalos).


Prefiere los lugares frescos, húmedos y bien soleados (aunque tolera bien la sombra) y donde aparece es bastante abundante, contándose los ejemplares por docenas. Es característica de suelos ricos en nutrientes o nitrificados.



Como el resto de boragináceas (borraja, anchusa, anagallis), se trata de una reputada planta melífera, muy visitada por abejas y avispas y se distribuye por la mayor parte del sur de Europa.


Su nombre deriva del griego ("cinco lenguas") y hace referencia a los cinco pétalos de su flor, mientras que el apellido (del latín semper, siempre y virens-virentis, verde), significa "siempre verde".


Sus flores crudas son comestibles; tienen un sabor suave y una textura mucilaginosa (viscosa), utilizándose como adorno en ensaladas o bebidas de frutas. De su raíz se obtiene un tinte rojo por el cual fue muy utilizada e incluso exportada a otros lugares (como el Reino Unido) durante toda la Edad Media.



Árbol taxonómico: Magnoliopsida / Lamiales / Boraginaceae / Pentaglottis / Pentaglottis sempervirens (L., Tausch ex L.H. Bailey) [sin. Anchusa sempervirens, Buglossa sempervirens]

Nombre en inglés: Green Alkanet, Evergreen Bugloss
Nombre común: Lengua de buey, Consuelda, Lechuga de caballo, Blugosa, Alheña verde, Ojos de gato, Cinco lenguas


Distribución: Todo el suroeste de Europa, importada a las islas británicas y presente también en la zona mediterránea.
Hábitat: Lugares frescos y húmedos. Prospera tanto en zonas soleadas como en sitios umbríos, siempre que el suelo sea rico en nutrientes y nitrogenado.






(c) Javier Díaz Barrera, 2013

domingo, 14 de abril de 2013

De estreno (por fin llegó la Primavera)


Por fin ayer sábado, después de varios meses de lluvia, frío y humedad, apareció tímidamente el sol, y con él, los campos "explotaron" de vida... aunque aún con viento y una temperatura que no subió en toda la tarde de 15 grados, como atestigua esta vista (hecha con el Tamron 90) donde se aprecian las montañas nevadas.


Con la esperanza de hacer alguna florecilla silvestre, nos acercamos después de comer hasta los alrededores de La Candamia, cerca de los campos sembrados de trigo que hay a la orilla del río Torío (que, por cierto, hacía muchos años que no veía tan crecido). Además, estaba la "excusa" (de ahí el título del post) de ver cómo se portaba mi nueva A77 en fotografía MACRO. Creo que para ser la primera salida, el resultado no ha estado mal del todo.

Nos sorprendió el número de flores que tapizaban los prados. Sobre todo, Verónicas (Veronica chamaedrys).




También encontramos la Bolsa de Pastor (Capsella bursa-pastoris) y la hierba de San Roberto (Geranium robertianum).







En los prados más altos (más cercanos al pinar), había Nazarenos (Muscari racemosum) por cientos, y en un claro entre los pinos, encontramos varios grupos de Primaveras (Primula veris).









Por las orillas del camino también encontramos Pamplinas (Stellaria media), Mostaza de Campo (Sinapis arvensis), Lechetreznas (Euphorbia serrata) y, cómo no, los omnipresentes "Zapatitos de la Virgen" (Lamium ampleuxicaule), además de algún pariente suyo, como la Ortiga roja (Lamium purpureum).






En cuanto a la fauna, aún no había mucha variedad, pero para haber salido el sol después de tanto frío y lluvia, pude contar hasta siete especies de mariposas (no muy numerosas, solo un par de ejemplares de cada una), aunque solo tres de ellas se pusieron "a tiro". Entre las que no hacían más que volar sin posarse, vi Colias, Polygonia c-album, Pontia daplidice y alguna más que no pude identificar (probablemente Pieris). Entre las que se posaron había un Pavo Real (Inachis io) que iba y volvía constantemente, aterrizando siempre en el suelo; un Cardenillo (Tomares ballus), que hacía bastante tiempo que no veía y la que mejor posó de todas, una Olmera (Nymphalis polichloros).





En cuanto al resto de bichos, vimos varios coleópteros, como la "ubicua" Sananica (Coccinella septempunctata), uno de los últimos instar de una Cassida veridis o una Oxythyrea funesta, así como varios saltamontes que daban unos "saltos" considerables, sin posarse. Muchos sírfidos, como este Eupeodes corollae y, cerca del río una Mosca de la piedra (Perlidae sp.), además de cientos de pequeñas moscas que incordiaban bastante, incluido algún taquínido (Tachina fera) que no conseguí que se posase.



 


Para terminar, también encontramos algún representante de los arácnidos: la omnipresente Araña Lince (Oxyopes sp.), bastante bien camuflada en muchos casos.




Como podéis ver, la inauguración de la temporada macro no ha estado nada mal, y mi nueva cámara parece que va a darme alguna alegría en este campo, ya que sus 24 Mpx dan de sí para hacer reencuadres y recortes.

La cantidad de agua caída augura una primavera con una explosión de vida, tanto vegetal como animal, de la que tendréis en este blog (en la medida de mis posibilidades) un reflejo fotográfico.

(c) Javier Díaz Barrera, 2013.