La Santateresa (Mantis religiosa) es uno de los pocos representantes del orden Mantodea presentes en León (ya vimos la Empusa pennata). Se trata de un insecto de tamaño mediano a grande (en León no las he visto mayores de 6-7 cm., pero en otras partes de España determinadas hembras pueden llegar a los 12), con un tórax muy largo y delgadas antenas. Como curiosidad, es el único animal conocido que cuenta con un SOLO oído (localizado en el tórax).
De sus seis patas, las dos delanteras se han especializado y están provistas de varias espinas para atrapar y retener a sus presas. Estas dos patas normalmente las tienen recogidas, de ahí su apellido, ya que parece que estuvieran rezando. Su color críptico les permite pasar desapercibida a sus depredadores, fundamentalmente pájaros. Si se ve amenazada, muestra la cara interior de sus patas delanteras, que presenta varias manchas oscuras.
Posee una singular cabeza de forma triangular, con un aparato masticador bastante característico y dos grandes ojos compuestos y, entre estos, tres ojos sencillos dispuestos de forma triangular. Su cabeza puede girar hasta 180 grados.
Pese a lo que pueda parecer, los machos, más pequeños, son grandes voladores. Sin embargo, las hembras, más limitadas por su tamaño y sus aspecto desgarbado, utilizan las alas para desplazamientos cortos. Son animales de hábitos solitarios y viven sobre todo en zonas soleadas, preferentemente secas y cálidas.
Se ha mitificado mucho una característica que si bien ocurre en determinadas circunstancias es muy poco frecuente en especies en libertad. Se suele decir que la hembra devora al macho tras aparearse o incluso mientras se está apareando. Si la hembra está bien alimentada, esto no ocurre nunca. Sí pasa en las criadas en cautividad... y no tiene nada que ver con el sexo. Si colocamos en un mismo terrario dos mantis hembras y no las alimentamos convenientemente, es muy posible que cualquier día encontremos solo una y los restos de la otra. El canibalismo no es tan infrecuente en especies carnívoras y agresivas con otros insectos (no tenemos más que ver comer a la Mantis... es impactante), si bien en libertad no es algo que ocurra todos los días.
El respeto y temor ancestral hacia estas criaturas (completamente inofensivas para el hombre), así como los cambios agrícolas, hacen que este insecto esté en franca regresión en Europa, sobre todo en la gran zona de Europa Central. No olvidemos que es francamente beneficioso, ya que se encarga de devorar muchos de los insectos nocivos para la agricultura y jardinería, considerándose un importante control biológico que cada vez se tiene más en cuenta.
Su ciclo de vida abarca el año natural. A finales del verano los machos, excitados por las feromonas emitidas por las hembras, pelean entre sí para conseguir copular con una de ellas. Tras varios apareamientos, ya en el otoño, la hembra deposita varias ootecas en montoncitos espumosos que oculta bajo las piedras o entre la vegetación.
Sus patas delanteras especializadas son rápidas como un látigo: pueden atrapar un insecto en vuelo. Entre sus enemigos más comunes se encuentran las aves insectívoras (Petirrojos, Ruiseñores, Zorzales, Alondras, etc.), y dependiendo de zonas, los murciélagos.
Árbol taxonómico: Arthropoda/ Insecta / Mantodea / Mantidae / Mantis / Mantis religiosa L., 1767
Nombre en inglés: European Mantis
Nombre común: Mantis religiosa, Santateresa, Tatadiós, Teresa, Comepiojos.
Distribución: Todo el sur de Europa, cada vez menos frecuente en la zona central.
Hábitat: Zonas soleadas, preferentemente secas y cálidas, bordes de cultivos, terrenos incultos con césped o hierba larga.
- Mantis religiosa en Asturnatura
- Mantis religiosa en Bioenciclopedia
- Mantis religiosa en Animalandia
- Mantis religiosa en Reflejos de Biodiversidad
- Mantis religiosa en B-Green Project
- Mantis religiosa en Botanical Online
(c) Javier Díaz Barrera, 2014.